martes, 27 de marzo de 2012

Conciencia, ego. Ego, conciencia.

- Desisto.
- ¿Cómo dices?
- Que desisto. ¿Hace falta repetirlo más veces? Es frustrante que todo salga al revés de lo pensado, y ya no puedo más. A partir de ahora, me dedicaré a contemplar la gama de colores que me ofrece el mundo. Y ya está.
- No puedes decirlo en serio.
- ¿No te lo crees? Espera y verás.
- Sabes que te conozco mejor que nadie. Vivo contigo, sé lo que piensas. Es más, soy parte de lo que piensas. ¿En serio crees que vas a abandonar?
- No. Sólo necesitaba desahogarme.
- Lo sé. He sido yo quien ha contribuído a que dejes salir tus sentimientos para que tanta presión y angustia no se acumulen en ti.
- Y desde luego ha funcionado. Gracias.
- ¿Por qué las das? Si has sido tú quien ha razonado todo esto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario